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Propuesta bizarra ii. solsticio 2022

Jose   Jose, 55


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Apuntados
1
Plazas libres
11

📅 fecha 23 jun 2022

🕐 comienza 05:00

🪇 Hombres y mujeres de 18 a 98 años

Organizador Nivel 2   📈 563

🔈                    

🗺  ¿Dónde se hace?

Cabo Blanco



🌃  Punto de encuentro

Palacio de Congresos.


🔤  Información

Gí¶bekli Tepe: ≈-8.200. Stonehenge: ≈-2.500. Chichén Itzá: ≈siglo VI.

Mallorca: 2.022.

Ya tocaba.


Menos aparatosos pero no menos agitados, desde Mallorca rendiremos tributo al solsticio de verano el próximo dí­a 23. Un tributo que tendrá tanto de esfuerzo como de exaltación. Y de hazaña.

Grandes personajes en la historia se han vanagloriado de las suyas: Alejandro Magno de haber conquistado hasta los lí­mites del orbe (Aristóteles dixit) y vio con asombro y regocijo que el maestro no estaba en lo cierto, Gengis Kan de que una doncella podí­a cruzar en solitario sus inmensos territorios con una lágrima de oro al cuello destellando al sol sin que nadie se atreviera a molestarla, Felipe II de que en sus dominios jamás se poní­a el sol…

Bien, aquí­ vamos nosotros.

Que los libros de Historia no vayan a hablar de ello —y eso está por ver— en nada desdice nuestra hazaña. Es esta:

1º Palma-Atalaya de Cabo Blanco. Hora del lubricán (es decir 4.09 hora solar, es decir 6.22 hora de reloj): contemplación-anhelo hacia Oriente (mucho antes de que la secta de los Asesinos de Hipatia lo sustituyera por el Norte elemental y patriarcal, Oriente fue durante milenios la gran referencia terrestre y espiritual de la Civilización).

Después de tres dí­as de ciclo invariable, fijo… muerto («y al tercer dí­a resucitará» mixtifica Mateo 17:23), veremos surgir al Señor -el disco solar- y con í‰l marcharemos bajo velos de azafrán. (Perdón por el plagio: La Ilí­ada canto VIII “Parada en la batalla”)

Alto en el mirador del acantilado, donde recitaremos el breve y demoledor capí­tulo 12 del Libro III de las Meditaciones de Marco Aurelio; salvo que se encuentre entre nosotros un derviche o miembro de la Orden Mevleví­, en cuyo caso, aun sin comprender, le seguiremos (lo intentaremos) en las alabanzas del maestro Yalal al-Din Rumí­: El Cañaveral y Los 7 postulados. Verbigracia: «Escucha el ney, y la historia que cuenta…»; «Baila, como si nadie te estuviera mirando/Ama, como si…/Canta…». O, en su defecto: «Lo que hacemos en la vida, resuena en la eternidad»; «Vemos el mundo, no como es: sino como somos». Es cuestión de hábito, razonan los estoicos; es cuestión de disciplina, postula con serena vehemencia cierta escuela budista cuyo nombre exótico no viene al caso. Ojalá lo supiéramos sin hesitación. Si alguien de los participantes quiere dilucidar al respecto, con gusto le escucharemos durante un minuto.

2º Cerca de los acantilados —y del vértigo y del arrobamiento— proseguiremos: de Oriente a occidente: alegorí­a insuperable. (¿No tienes un sueño reparador? ¡Pues cambia de vida… Y si no, por lo menos cambia el eje de tu cuerpo al dormir: Este-Oeste.)

Dijo el Buda (y Lao-Tsé y San Juan de la Cruz y Zaratustra y Rumí­. ¿Por qué ibas a saber tú más que ellos?): el verdadero camino está delante de tus pies. (¡Muévete)

Al mediodí­a solar nos detendremos donde coincida tal hora, lo que verificaremos mediante el oportuno dispositivo electrónico (herejí­a esta por la que habremos de recibir el merecido y justo castigo de los dioses.) Acto seguido, con los ojos arrasados en lágrimas, penosamente fijos en el achicamiento de nuestra propia sombra vertical, aguardaremos el paso del cenit solar; luego, abatidos, empero estremecidos por la dicha de la catarsis y la alabanza (Oh, Señor Invictus, Dador de vida, ahora que nos sumes en las tinieblas, recuerda el 25 de diciembre. Volverás. Volveremos… ¡Y seremos legión) habremos de regresar sobre nuestros propios pasos (¡ojo, pasos sin huellas) en un recorrido que quizás sea más prosaico pero no menos trascendental: acompañados por el silbo de los carboneros o el aleteo rayado de alguna abubilla, el rumor del mar y su horizonte en lontananza fundiéndose con el cielo… ¡Y nosotros en el Todo (Lao-Tsé).

Para los que cumplan la caminata (≈28 km de piedra y fuego sol) sin más ambición que mitigar su aburrimiento —apartados por un momento de las banalidades diarias, de las supersticiones del cristianismo, de los gurús abstrusos o petulantes de la Mecánica Cuántica y de la Inteligencia Artificial— será una experiencia de distracción original; para los que su objetivo sea poner a prueba su voluntad será un dí­a de triunfo y superación; para los que vengan precedidos de ayuno, con los intestinos limpios a la par que la mente (perdón por la tautologí­a) la experiencia será —además y sobre todo— un sendero de prospección espiritual rayana en Moksha o Nirvana. Para todos, un sencillo, poderoso ejercicio de meditación dinámica y de bienestar holí­stico imposible de encontrar ni en farmacias ni en sueños lascivos ni en salas con parqué, aire acondicionado y «feng shui» y tampoco en charlas de motivación o libros de autoayuda.

Luego en casa descansaremos presintiendo a Alejandro Magno, al Gran Kan o a Felipe II, tras sus «grandiosas» conquistas… Mientras, de fondo, suena el Poema de los átomos de Rumí­.

Y entonces —al fin— comprenderemos «confusos y embriagados por los rayos de luz».

No hay nada más que decir.

Esto convocamos en el sexto plenilunio o «luna de miel» del año en curso. (Ojalá los dioses nos sean propicios.)


Nota: Durante la caminata no está permitido nombrar el Fenómeno o su avatar —limí­tate a asombrarte—, ni siquiera eufemí­sticamente, pues es sabido que nombrar es falsear o desvirtuar, si no anular.

Interesados: [email protected]




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