Viernes 11-11-2022. Estoa del Fortí.
Desde allí intentaremos —¡Ojalá los Dioses nos sean propicios— propalar ráfagas de la inmensa, feraz sapiencia de los maestros estoicos hacia la única vía a…
… la
Felicidad, la lucha por la dignidad; las relaciones plenas:
personales y profesionales (y sexuales); la distracción de los ojos
de la serpiente, que tú llamas (en)sueño o estupor y otros locura;
la
conquista del autodominio y la liberación del
horror
vacui y
de la Puta de Babilonia;
de la incertidumbre como acicate y de la adversidad como fortaleza;
de la voluptuosidad y del amor
(Sursum
corda);
del
espíritu de la piedra y del ayuno; del azar y la volición (¿eres o
estás?); a comprender —que
no entender—
la diferencia entre cerebro, mente, conciencia, espíritu, alma; o
el deslinde entre sinceridad-honestidad-integridad (¡Mienten los que
con
un zapatazo en la mesa afirman
que tales
vocablos
son
sinónimos)… Y —sobre
todo—
de cómo domar a la Bestia:
la
bestia del EGO,
esa que todos llevamos dentro y que
en tantas zanjas y líos nos mete sin ton ni son…
En definitiva, del arte —del supremo Arte— de Vivir.
El lugar será el reseñado al principio, a la intemperie, envueltos en frío, penumbra y soledad, inmunes al desdén y a la opinión de los demás (¡¿Habré de repetir que se trata de un acto ESTOICO?…), empero expectantes por la luz al final de la madriguera. (Venga, sí, no te prives de cacarear el consabido chiste: «Corre, Caroline, corre hacia la luz».)
Dispondremos de una bancada para seis-ocho personas sin rozarse (La primera toma de contacto entre dos seres humanos no es la piel, sino la energía. «Eternidad vibrante»); en caso de que los asistentes superen dicho número, el orden de preferencia será el siguiente: personas con discapacidad o edad avanzada; y en segundo lugar, los tullidos mentales: o sea, (casi) todos los demás.
¿Perdona?
¡¿Que tú no eres un tullido mental…?
¡Ja
Disculpa que no te responda de inmediato; es que tu soberbia
temeraria me descojona.
Puede que sí; puede
que no.
He ahí
la primera razón para que no
debieras faltar.
Y la segunda es que «todo lo que hacemos en la vida, resuena en la
Eternidad». (Sí: tú, también, alma de cántaro).
Aprovecha este destello de lucidez y de magnificencia que
te brinda el
ESTOICISMO antes de que
el reino
del Olvido te acoja
en su seno, no vaya a ser que estés muerto y no
lo sepas. Tú mismo.
No está permitido abuchear; pero sobre todo no está permitido aplaudir, ya que un estoico —un verdadero y pulquérrimo estoico— no tolera la alabanza (es un veneno en copa de oro) ni grabar vídeo ni audio ni tampoco tomar fotografías: limítate a asombrarte; y luego soporta el vértigo de mirar —la vacuidad— dentro de ti. («Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta.»)
Especialmente aconsejado para todos aquellos que creen que vienen de vuelta —y que no acaban de reconocer (¡Ah, el Ego) que están en la misma casilla de salida una y otra vez.
ADVERTENCIA 1. Podría ser (muy) contraproducente para gente harto pagada de sí misma, cuyo ombligo tengan por el centro del mundo.
ADVERTENCIA 2. He dicho «magnificencia»; no que sea fácil: la cabeza podría volarte.
Stoa del Fortí (vale sí, pérgola). 11-11-2022.
Inscripción previa.