Encuentro estoico

El hecho acontecerá en Palma el próximo dí­a 3 de marzo del año en curso.

Muy poco nos importa si los telediarios o portadas de los grandes medios de Comunicación no abren con esta noticia (lo que demuestra la grande futilidad de estos feos tiempos). Nosotros estaremos.

Estoicismo o el poder de la autorrealización.

¡¿Auto qué…?! (WTF?!)

Abreviando: Que para qué sirve el estoicismo… Para ser FELIZ.

¡Qué! ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo? (How do you rest the body.?)

Pues así­ es; nada más —y nada menos.

¡Llamadnos osados! No nos avergí¼enza.

FELICIDAD. ¡Mienten los que dicen que es imposible!

Date un garbeo por nuestro zona cero y sondea —entre la omnipresencia del sufrimiento (que tú lo llames «tedio» no lo cambia en nada) y tu dependencia mental—: el poder de la incertidumbre y de la Razón, de la duda y de la impersistencia del olvido: del ARTE DE VIVIR.

Y es que la vida (eso que te pasa mientras tú tienes otros planes) es como visitar al dentista…

Entretanto, rumia esta perla: «Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda vez y como si la primera vez ya hubieras obrado tan desacertadamente como ahora estás haciendo». (Lo del tedio ya no cuela, ¡eh!)

Te (entre)abrimos el portón de la Stoa.

Prueba a experimentar la vida más que a existir. Nadie excepto los valientes merecen la belleza: la belleza de vivir. De vivir estoicamente.

Tardarás en verlo; tardarás en inferir tu propia audacia. (Necesitarás del Samsara para darnos las gracias.)

Sin embargo, no es gratis.

Deberás dejar a la puerta (a la p* intemperie) tu EGO.

Sí­, es un coste alto. Sabemos que lo tienes muy grande, lo fantástico que es y que no hay nada más bonito que el sol alumbre, de ahí­ que tanto te extrañe que el mundo no alfombre tus pasos. (Luego ya si eso nos cuentas en qué parte de tu manual de vida tienes escrito eso.) Pero no; no puedes pasar con él. Normas de la casa.

Entonces que no te sorprenda si a la entrada te topas con un cartel:

DEJE SU PERRO EGO FUERA

Átalo ahí­. Con doble vuelta. Con coraje (¿Sabí­as que es una de las virtudes estoicas y que cor-aje viene de corazón?). Otra cosa es que la anilla o la cadena de acero resista. Sé fuerte (B). Acaricia el espinazo de la Bestia mientras al borde del llanto le gimoteas con infinita ternura: «Enseguida nos vemos, cariño. Esta gente audaz y desconsiderada [los estoicos] no romperá fácilmente el dogal con el que me conduces».

Ese es el precio.

Empero te valdrá la pena. Pues cuando el reloj de tus dí­as haya dado su último tic-tac, algo tuyo —algo inefable y vibrante más allá del polvo de tus huesos y de las ondas gravitacionales— seguirá ondulando en el Universo, ya que todo lo hacemos en la vida tiene su eco en la Eternidad.

Empieza con este gesto y siente el furor de estar.

La otra sorpresa será un segundo enristre de letras en fierro herrumbroso no fácil de comprender, no difí­cil de equivocar: CONí“CETE A TI MISMO.

Como ves, la apuesta no deja de subir.

—¿Qué? ¿Que nos invitas a qué…?

—¡A ver! No. Definitivamente, no: tu EGO no puede pasar.

Ven si tienes… ¹Co…

Esto convocamos en el año IV del experimento Covid, del MMXXIII de la secta cristiana, del MMDLXIV del señor Buda, del MMMMMDCCLXXXIII de la era judaica, del MCDXLIV de la Hégira. Ni vergí¼enza ni culpa. Las cosas son sencillamente lo que son. Los demás que piensen lo que quieran; no es asunto nuestro.

STOA MALLORCA

El espí­ritu de la piedra y la Razón.

¹coraje